No pudo ser. La UD Las Palmas no pudo mantener el ritmo de victorias como local al igualar sin goles ante el Mirandés (0-0) en el encuentro disputado este lunes en el Gran Canaria. Los amarillos debieron afrontar una hora de juego con un futbolista menos tras la expulsión de Dinko Horkas, debiendo cambiar su partitura inicial para poder igualar el encuentro.
Conocedora de los resultados de otros rivales directos en la zona alta de la clasificación, la UD Las Palmas salió a escena con determinación en una tarde en la que Jonathan Viera recuperaba su condición de titular. Los primeros remates del equipo grancanario fueron de Lukovic -en varias oportunidades-, el propio Viera y Manu Fuster. Pero no encontraron el destino final.
El partido transcurría durante la primera media hora por el cauce previsto, aunque sin la llegada del gol. La UD Las Palmas tenía entonces un 71% de posesión, pero un acontecimiento hizo que el guion diera un giro inesperado: Dinko Horkas resultó expulsado a los 34 minutos después de que la sala VAR instara al colegiado la revisión de una jugada. Ais Reig interpretó que el meta croata tocó el balón con el brazo fuera del área, tras un disparo desde campo propio de Fernández, y Las Palmas se quedó desde entonces con diez en el campo.
La decisión de García Fernández fue relevar a Viera para que estrenara guantes ante la afición grancanaria el meta José Antonio Caro. El partido había entrado en una vía arriesgada, que pudo ser mayor cuando a los 42 minutos el colegiado señaló un penalti por presuntas manos de Sergio Barcia tras disparo de Medrano. De nuevo la sala VAR intervino e instó a Ais Reig a corregir su error, desmontando la primera decisión al observar que el contacto con el balón del zaguero amarillo era en una posición natural.
Con el disgusto de la expulsión de Horkas, el susto del penalti que no cristalizó y la rotura de los planes iniciales se alcanzó el descanso con el marcador intacto, pero con necesidad de encontrar una fórmula para la reacción.
En la segunda parte, con uno menos, las condiciones del encuentro cambiaron. El Mirandés llegó entonces a alcanzar un 68% de posesión mientras era Las Palmas la que se ordenaba para protegerse y salir a la contra.
El reloj corrió con mucho desgaste mutuo y sin ocasiones. Ambos técnicos utilizaron sus piezas de recambio, pero el encuentro no cambió su signo y al final hubo reparto de puntos y ausencia de goles.

Comentarios
Publicar un comentario